Álex es una estudiante de segundo de Bachillerato. Es divertida, inteligente y tiene muchos amigos. Pero su vida amorosa no está al mismo nivel. En realidad, ha sido bastante decepcionante hasta el momento, así que este año Alexia ha decidido centrarse únicamente en sus estudios. Claro que no contaba con la llegada de Oliver, su desconcertante nuevo vecino. Oliver es realmente atractivo —como su amiga Gaby se esfuerza en recordarle—, pero de una manera salvaje que inquieta a Álex. Oliver es duro y distante hasta la insolencia pero, a través de esas visitas inesperadas por la terraza de su habitación, Alexia descubrirá también a un joven tierno y pasional cuyo misterio los llevará al límite.
RESEÑA
Alexia lleva años enamorada de Álvaro, el novio de una de sus mejores amigas -Laura-, por obvias razones este amor es imposible. Y sin embargo pareciera que él quiere algo más con ella.
Uno de esos días se muda un chico a la casa de al lado. Es guapo, mayor y con esa aura de peligro pero no se confundan, ellos no se gustan, ni siquiera se caen bien. Oliver no le da la hora del día y es seco e indiferente. Sin embargo pasarán por varias circunstancias en las que se verán obligados a convivir.
Además el pasado de Oliver es uno oscuro y violento, Alexia sigue enamorada de Álvaro y para colmo, la tía de Alexia que lee las cartas del tarot y hace brujería está convencida de que ellos dos son almas gemelas.
Esta no es sólo una historia de amor sino de misterio también. Oliver no recuerda que pasó hace dos años, sólo sabe que lo encerraron en el psiquiátrico por piromaníaco. ¿Pero por qué?
Esta fue una historia fresca, la historia aunque un poco larga no aburre en ningún momento, retrata perfectamente a vida de un adolescente. El romance es algo a fuego lento y por lo tanto creíble.
La única pega que le pondría fue que al final dejaron muchos cabos sueltos y varias cosas no se explican, pero quitando eso me gusto mucho el libro, los personajes, la trama, la relación, todo.
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